sábado, 20 de marzo de 2021

El diccionario del insecto

 

Hay palabras que no son palabras, no lo son, lo sé. Lo fueron antes cuando algunas de ellas se resistieron a la servidumbre de resignificar forzadas, a mentir propositos, a igualarse con lo hueco. Y se agazapan miméticas; se dejan pronunciar siendo sólo de aire. No son de esa materia que ovillaba los dedos del alivio, una materia que antes nos dejaba hacer palabras humanas. No pueden ser palabras esas que rebotan u ordenan por sí solas a las demás a significados aislados de la vida. Nombrar lo que no existe, hablarle a la deriva de los hombres, no es poesía vulnerable de misterio, no, es mandar al aire a engañar a la gente prendida de lo insustancial. No debería haber palabras que engañen por sí solas, esas no son humanas ni palabra es cosa que obedece al aire. Si son usadas sin misterio, despojadas de la penuria y de la maldad, las palabras representarán la ausencia del humano, la presencia inequívoca del insecto que vive de lo verosímil porque el insecto demanda su propio diccionario.

 

 

DanielBattilana