lunes, 23 de enero de 2012

El falo femenino del externo sentido


La poesía está hecha de una materia egoísta, menos unos ojos piadosos, menos una materia no periódica, menos todo el escarnio, menos lo precedente, pero hay algo que no se le puede quitar a la ropa de esta pagana ilustrada de mundo.
La poesía es el gran instrumento mesolítico burgués por antonomasia; puede funcionar con el aire de la flauta, con  la uña sucia de tierra del obrero, con el agua cara de los perfumes abrumadoramente inútiles de los haraganes o con el fuego de las antorchas del escarmiento; puede imitar al rico, consolar con utilidades sociales, hasta puede hacernos un bolsillo de agua. Donde veas un instrumento sano o dispuesto a ser sanado por la palabra, allí donde la elocuencia se haga presente como bondad, ahí tenés el cuerpo dominado por la cárcel de la excelencia. La poesía es una madre con falo dirigiendo un ejército de aspirantes a aristócratas fecundados por los detalles, esa madre los penetra con sentido y ellos se niegan a la sodomía del destino; encuartelados en el lenguaje, el lenguaje obedece a las infecundidades, sólo fecundando afuera del lenguaje, sólo matando la idealización de la imagen, se logra el poro para la filtración del externo sentido, el poema es el único falo femenino que el Ser agita en la penumbra del hueco ontológico.


Daniel Battilana.

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