“Falsa por ser exacta” decía Delacroix, nosotros tenemos,
entonces, que depender de una exactitud especial para cada caso de exactitud y
de superposiciones hacia la exactitud de esa falsedad, vista esta como el
producto de la exagerada precisión de lo real. Símil y de calco, alejarnos cuanto
podamos de la precisión de la explicación, alejarnos de su interior o de las tentaciones semánticas de los exteriores que
pulsan en la superficie de las ideas, no existe la profundidad sino en la
exactitud cuyos puntos de contacto son mera apariencia; está allí viva la llamada
operación de una poesía que relata exactitudes y que sólo recurre a un caso
universal de exactitud, la explicación”
Daniel Battilana
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