miércoles, 21 de agosto de 2013

LA RADIO DEL NÁUFRAGO (Spher y Mentha = experimenta)


                                                       “Seamos telépatas, escuchemos nuestros pensamientos”





LA RADIO DEL NÁUFRAGO (Spher y Mentha = experimenta)

Tengo una radio con un grabado en su frente que dice “radio de náufrago”, temo encenderla, temo escuchar al náufrago que pide ayuda en el otro extremo. Temo que sea para mí. Temo que nos ayuden. Ambos compartimos los extremos; sé que alguien teme también encender la misma radio… Al encenderla hay un desquicio hertziano cuyas delincuencias armónicas al rato de atenderlas son vivamente riesgosas. Poca vida tendría esta radio en la humedad marina pues tiene dos válvulas, esto le augura una imposibilidad, un destino infranqueable: “radio de náufragos secos”. Quiero contar las insinuaciones que aprendí escuchando esa radio. En la escena del canto noveno de la Odisea, Ulises (Outis: ninguno) se expone a escuchar a la sirena (razones pobres la suponen Aglafonos, Spher, y razones ricas la suponen de nombre Toa, Mentha). Spher y Mentha son a su manera diosas de un ruido cuyo campo muestral (va… un terrenito) mide entre 20Hz x 20Khz… La emoción que se cree escuchar proviene de las impurezas, de los parásitos que conviven con las divinas señoras sin instrumentos. Las sirenas eran sublimes tejedoras de anti redes y ¿de sus cuerdas? ¿Dónde metían los dedos estas chicas húmedas mal confundidas con musas? La sirena, cuando es virgen, es como toda doncella, una mujer cuya capacidad para las hazañas musicales no ha sido distraída por el placer. Polifemo también estaba capacitado de escuchar a lo lejos a las sirenas y confundirlas con un instrumento “inmusical”(¿?), pues la sirena sería en sí misma una tecnología para improvisar en un sistema natural de sextas (no habrá forma de comprobar esto sino hasta indagar en las razones que prohíben a los Ciclopes el uso y contacto con las semillas; hay una vitela del siglo tres que no pude fotocopiar… que especula todo el mundo en sextas o en sextas hijas). Ser Ninguno o ser Ninguna no es igual a ser una sirena. En el barco de Ulises, los que reman están protegidos por la cera en sus oídos… En el barco o en nuestro equivalente “bondi de Ulises” nadie escucha a nadie, es un bondi de náufragos secos con radios de cera… Ellos serán los que liberan a Outis (nadie) cuando pase el peligro del canto de las sirenas. También hay sirenos, pero las cualidades musicales y sonoras de estos son para otra notita. Estos remeros tienen mucho que ver con los auditorios modernos, tan ocupados en remar, es decir: el estar ocupados en moverse les permite no  decidirse por nada que se parezca a un náufrago (Outis) que los detenga, observemos la aleccionadora semejanza entre la palabra outis (nadie, ninguno en griego) y la palabra sajona out-is: is out. ¡No es elegir lo que en verdad hacen sino lo que nunca hacen! ¿Por qué a Ulises tan afecto a matar cuanta cosa se le cruce ni lo intenta con Spher y Mentha? La segunda insinuación es cuando Ulises salva a su tripulación en la tierra de los lotófagos; gente esta comedora de loto y de su flor (el que come el fruto dulce se olvida de sus inteligencias y de sus negligencias). Parece por trabajos hechos en el África costera, que los que ingieren la flor del loto escuchan los sonidos de las semillas (¿) ¿Será que el ruido es una semilla? La tara del comedor de loto es casi un estado litúrgico, una analogía del hombre lineal, el homo sicofántico; este glotón aderezaba el loto dulce con menta silvestre (¿Otra vez el recuerdo de Mentha?). ¿Quién se atrevería a insistirle con lo que detalla que detalla? ¿Será el destino de los instrumentos digitales ser un alimento de realidad? La casi última insinuación que arrimo es la escena en que Lemuel Gulliver visita la isla flotante de Tajara, esta isla flota sobre otra llamada Laputa; Gulliver observa allí cómo la gente se golpea entre ella con una bolsita, en la boca, las orejas, y en la cara para cuando necesitan que el otro les preste atención. En el caso de la aristocracia, ellos utilizan unas inmensas vejigas infladas que unos empleados llamados “climenoles” les baten para que vuelvan de sus profundas meditaciones y atiendan a algo o alguien.  Me desvío (me río). Mientras escribo esto escucho “Les elémens” de Jean-Féry Rebel. Es un registro capturado en digital por ARCHIVE; el equipo me permite escuchar ciertos ruidos producidos por la mecánica de los instrumentos ¿grabación de las sirenas? quizá estos ruidos sean esas impuras semillas de emoción. Creo que el primer minuto de esta obra es lo que tocaban las sirenas, lo que quiso escuchar el melómano Ulises, no teniendo un ipod, se tenía que atar a un mástil (¿una antena?). Sí, ese primer minuto es como si por primera vez alguien hubiese superpuesto partituras transparentes y creado la primera obra de sonidos superpuestos (no confundir con polifonía). Es notable que Swift y Rebel sean escandalosamente coetáneos. Creo que Ulises al llegar a Ítaca (suena a isla policial) no tensó un arco sino una lira monocórdica, esa única cuerda fue tejida con pelos de Penélope, este en realidad es el nombre de esa cuerda pene-lope, fue tejida con pelo y cuando Ninguno hizo sonar esa cuerda se quedó sin antagonistas, privado de enemigos ¡Sin auditorio!  Apago la radio, seguro que quien suplica está seco o está mojado y el ipod para náufragos no le contesta.





Apostillas

¿Spher y Mentha tocaban una música sólo escuchada sin consecuencias por los Cíclopes?
Al loto es también llamado “el arto” (sin hache)
¿Comedores artos o insatisfechos?
El nombre de Spher se conserva en la nota “redonda”
La intolerancia de Ninguno que es la de todos ¿cegó por ello a Polifemo?
¿Confundió Ulises el único ojo de Polifemo con su oreja?
Que ese idilio con el ruido no puede durar mucho y acabará en música desinstrumentada
¿Es como querer convencer a la gente de que eso que está en las imágenes es pornografía extraterrestre?
¿Es necesario perder la fidelidad a un sistema?
Sistema que se parece demasiado a como concebimos el tiempo.
Nos iluminamos siempre con lo mismo, estamos quizá sólo confundidos con la intensidad.
Yo me repito, por eso estoy seguro de que si no aparece aquí lo bueno, aparecerá repetido en otro escrito.
Horror a la armonidad.
Coqueteos con el vacío.
¿Panfóno o Melodisea?
La radio es un arma telépata.
Ruido = semilla = ruin do.
Praktikós de la sinfonía en tres notas.
Dónde está sumergido ¿Un músico táctico?
Yo vengo del mundo de las aseveraciones, mi antídoto es la interrogación.
La calidad no intoxica, entonces que todo sea entre náufragos.
Superstición de la música. Superstición del vínculo.
Consolación por el ritmo.
La música es una inteligencia que no puede prescindir de los sentidos.
Vincular lo invisible a lo sonoro y ahora vincular lo visible a lo sonoro.
La imagen no consuela.
Qué es una radio de (náufrago)
Si el ruido no habita nuestra prolijidad ¿qué lugar hay para esa semilla?
¿La sirena es una superpotencia prehistórica o una ilusión de lo nuevo?



Daniel Battilana

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